El método

Se trata de un enfoque ecléctico basado en la fusión e integración de corrientes sistémicas y estratégicas, así como en  modelos de resolución de conflictos.

Lo que caracteriza al enfoque estratégico es la utilización de tácticas y técnicas específicamente diseñadas para producir el cambio deseado en el menor tiempo posible con el menor esfuerzo posible en cualquier ámbito de la vida de la persona.

Desde un punto de vista estratégico, para cambiar una situación problemática no es necesario desvelar las causas originales (aspecto sobre el cual, por otra parte, no se tendría ninguna posibilidad de intervenir), sino trabajar sobre cómo esto se mantiene en el presente. Cuando una persona tiene un problema, pone en marcha alguna actuación con la intención de resolverlo; si su manera de afrontarlo cambia la situación de forma satisfactoria, el problema deja de serlo… pero, cuando aquello que la persona hace no resuelve el problema, acaba complicándolo, es decir el problema se mantiene debido a la reiterada repetición de las soluciones intentadas disfuncionales puestas en práctica con el objetivo de resolver el problema pero que no ha conseguido el cambio deseado, manteniéndose la situación disfuncional.

Por este motivo, el terapeuta estratégico se focaliza desde el principio de la terapia en romper este círculo vicioso que se ha establecido entre las soluciones intentadas disfuncionales y la persistencia del problema, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre «cómo funciona» el problema más que sobre «por qué existe», sobre la búsqueda de las «soluciones» más que sobre las «causas».

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Para conseguir este objetivo de la manera más eficaz y rápida posible, la intervención estratégica se dirige a establecer una comunicación idónea que nos permita crear una relación adecuada para llevar a la práctica las estrategias precisas y personalizadas que culminen en el cambio deseado.

En definitiva, el modelo estratégico proporciona a la persona un punto de vista diferente desde el que poder intervenir en aquellas situaciones en las que nuestros intentos de solución no obtienen los resultados deseados.