Soy profesional

Mucho se ha escrito sobre la excelencia profesional y el crecimiento personal, y existen múltiples corrientes de pensamiento y enfoques sobre las diferentes inteligencias que todo ser humano debe desarrollar. El propósito de la formación en intervención y terapia estratégica, así como en el ámbito del coaching estratégico, es el desarrollo de la  inteligencia estratégica, una modalidad de inteligencia pragmática que optimiza la eficacia en la aplicación de recursos específicos para  la resolución de problemas. La singularidad del enfoque estratégico son sus objetivos eminentemente pragmáticos, que se alcanzan a través del incremento de nuestra “conciencia operativa”, es decir, del desarrollo de nuestras habilidades y competencias dirigido a una mayor funcionalidad en la consecución del cambio deseado ante una situación problemática.

Tres son las orientaciones principales que han llevado al nacimiento del enfoque estratégico: la primera es el desarrollo de la perspectiva sistémica, la segunda es el nacimiento de la epistemología constructivista y la tercera es todo el trabajo clínico de Milton Erickson.

La “revolución sistémica”, considerada como uno de los grandes cambios de paradigmas del siglo XX consistió  en desplazar la atención del estudio de la persona como individuo, al estudio de la importancia de las relaciones y de los sistemas. Una de las novedades más importantes resultado del cambio de paradigma, fue el nacimiento del fundamento científico de la perspectiva sistémica y al cual Norbert Wiener llamó cibernética. La aportación  más importante ligada a la cibernética fue el concepto de feedback o retroalimentación, y junto a este concepto se introdujo el constructo de causalidad circular.

A partir de esta nueva perspectiva, se empezaron a desarrollar todas las terapias familiares y estratégicas. Lo que importa de la teoría sistémica en la terapia estratégica es la adopción de esta causalidad circular: poner la atención en cómo un problema persiste aquí y ahora.

A partir de la cibernética y de otra serie de aportaciones teóricas, se fue desarrollado lo que llamamos epistemología constructivista (uno de cuyos máximos exponentes esHeinz von Foerster), considerada como el segundo “filón” importante para configurar el marco teórico de la terapia estratégica. Su postulado de base es que no existe una única realidad, sino tantas realidades como puntos de vista desde el cual las observamos.

Los fundamentos científicos del constructivismo los encontramos en el principio de indeterminación de Werner Heisenberg, según el cual no es posible una observación neutral, pues a partir del momento en que observamos algo estamos influenciando la observación y el funcionamiento de sus elementos y en la idea de filtros de la realidad, que no nos permitirían obtener una imagen objetiva de ésta. Estos tres filtros son: el funcionamiento del sistema nervioso, el filtro lingüístico y el de las diferencias individuales.

Uno de los últimos y más importantes personajes que influyeron en la orientación estratégica fue el gran hipnoterapeutaMilton Erickson. Utilizó la hipnosis en términos clínicos, dando a la ésta «dignidad científica», hasta el punto de que era conocido como Míster Hipnosis. Según quién haya estudiado a Erickson, encontramos distintas visiones de su trabajo (una vez más, el punto de vista desde el que focalizamos nuestra atención da un «valor ponderado» a los fenómenos que observamos). ¿Cuáles son los aspectos que más nos han influenciado de su trabajo? Ante todo, el concepto de unidad de la persona. Para él, cada persona es distinta de las demás y, por tanto, requiere una intervención totalmente «original», siendo esto el principal carácter diferencial respecto otras tendencias que son demasiado «estereotipadas» a la hora de intervenir para la resolución de los problemas con los clientes.

Revolución sistémica + constructivismo + Milton Erickson