El método

Lo que caracteriza al enfoque estratégico es la utilización de tácticas y técnicas específicamente diseñadas para producir el cambio deseado en el menor tiempo posible con el menor esfuerzo posible en cualquier ámbito de la vida de la persona.

Desde un punto de vista estratégico, para cambiar una situación problemática no es necesario desvelar las causas originales (aspecto sobre el cual, por otra parte, no se tendría ninguna posibilidad de intervenir), sino trabajar sobre cómo esto se mantiene en el presente, debido a la reiterada repetición de las soluciones intentadas puestas en práctica con el objetivo de resolver el problema pero que no ha conseguido el cambio deseado, manteniéndose la situación disfuncional. Por este motivo, el terapeuta estratégico se focaliza desde el principio de la terapia en romper este círculo

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vicioso que se ha establecido entre las soluciones intentadas y la persistencia del problema, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre «cómo funciona» el problema más que sobre «por qué existe», sobre la búsqueda de las «soluciones» más que sobre las «causas».

Para conseguir este objetivo de la manera más eficaz y rápida posible, la intervención estratégica intenta desvelar aquello que tanto nos preocupa como humanos: ¿cuál es la lógica oculta de los problemas?, ¿por qué los problemas son problemas? y, sobre todo, ¿qué hay que hacer para solucionarlos?

El enfoque estratégico proporciona todas las herramientas para conocer e integrar lo que denominamos el triple eje estratégico.

Es decir, nuestro objetivo es utilizar una comunicación idónea que genere una relación adecuada que permita utilizar las estrategias pertinentes.

La comunicación es nuestra herramienta por excelencia, porque es la que nos permite relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo y las creencias personales; para ello, ponemos el mayor énfasis en el aspecto persuasivo de la comunicación.

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Una relación adecuada es la que nos permite sintonizar con el otro, con la lógica de la otra persona y con la lógica de su problema, de forma que se establecen unas condiciones donde se utilizan todos los recursos disponibles de cara a un objetivo común, el cambio de una situación disfuncional en otra funcional.

Por último, queremos remarcar que los problemas humanos se fundamentan mayoritariamente en lógicas no ordinarias, es decir, problemas difícilmente explicables mediante el sentido común, y que, por tanto, requieren estrategias construidas con lógicas no ordinarias.

En definitiva, el modelo estratégico pretende proporcionar a la persona un punto de vista diferente desde el que poder intervenir en aquellas situaciones en las que nuestros intentos de solución no obtienen los resultados deseados. El enfoque estratégico muestra un nuevo paradigma basado en las más novedosas premisas del pensamiento científico. Muchas veces nos han dicho que lo que hacemos parece magia, pero no lo es, se trata sólo de tecnología muy avanzada.

En resumen, el enfoque estratégico se sustenta en dos cuestiones fundamentales. Por un lado, la utilización estratégica de las llamadas lógicas no ordinarias y, por otro, en el manejo de una refinada comunicación persuasiva.